Nuestro consumo de proteínas animales está desequilibrado. No comemos suficientes durante el desayuno, pero comemos demasiadas en la cena, lo que no nos ayuda a dormir. De hecho, las proteínas animales ayudan a estimular el despertar y la motivación, lo cual es óptimo por la mañana, pero mucho menos por la noche.
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