Ballet Nacional de Cuba: segunda noche de éxito en Lisboa

El sábado 11 de mayo, el Ballet Nacional de Cuba, bajo la dirección de Viengsay Valdés, se despidió del público de Portugal, que recibió calurosamente un programa similar al que ofreció la compañía la noche anterior en el Auditorio Grande del Centro Cultural de Belén: Double Bounce”, pas de deux de Peter Quanz, con los primeros bailarines Viengsay Valdés y Dani Hernández; “Didenoi”, de Maruxa Salas, con José Ángel González y los debuts de Laura Kamila y Ernesto Acevedo; “Rítmicas”, de Iván Tenorio con Gabriela Druyet y Alejandro Alderete; “La muerte de un cisne”, de Michel Descombey, con Yankiel Vázquez; “Majísimo”, Grettel Morejón y Ányelo Montero como la pareja principal, acompañados por Estefanía Hernández y Jorge Guerra, Chavela Riera y Luis Fernández, y Laura Blanco e Ixán Ferrer. Luego de un breve intermedio, subió a escena el ballet “Séptima sinfonía”, de Uwe Scholz, con un elenco integrado por primeras figuras de la compañía, solistas y el cuerpo de baile.

Lisboa

Como invitados especiales, se encontraban en el teatro el Embajador de Cuba en Portugal, José Ramón Saborido; la gran bailarina británica Maina Gielgud, que ya había disfrutado de la actuación de la compañía la noche anterior y en horas de la tarde del sábado presenciado las clases de la compañía, impartidas por los profesores Consuelo Domínguez y Ernesto Díaz; la cantante y compositora Dulce Pontes, una de las más importantes exponentes de la música portuguesa, considerada como la más notable intérprete del fado en la actualidad.

Al finalizar el primer ballet de la noche, “Didenoi”, los dos intérpretes masculinos se dirigieron al proscenio. Justo en ese instante, la sala se iluminó y los bailarines invitaron a escena a Dulce Pontes, intérprete de los fados sobre los que se apoya la coreografía de la obra, y a la coreógrafa Maruxa Salas.

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