La cuenca del río Toa, en la región nororiental de Cuba, exhibe todavía algunos de los ecosistemas silvestres más virginales y biodiversos del país y las Antillas.
Ese territorio singular, con una extensión de mil 061 kilómetros cuadrados, pasa por regiones de la provincia de Guantánamo como Yateras, San Antonio del Sur y el prodigio forestal y cultural de Baracoa e implica espacio de Moa, en la provincia de Holguín.
Protege a la cuenca, como las demás congéneres de la Isla, un amplio marco de leyes conservacionistas que la mano de algunos a veces pugna por esquivar. En su cumplimiento se implica un vigilante Cuerpo de Guardabosques, autoridades de la Agricultura, de asociaciones de agricultores y empresas productoras del área. Esto es necesario porque, aunque la presencia de comunidades humanas es más escasa que en el resto de otras áreas rurales del país, por su acceso difícil e intrincado, en los últimos tiempos se ha hecho sentir un mayor accionar.
Con una extensión de 130 kilómetros, el río Toa, cuyo nombre quiere decir rana en lengua aborigen arahuaca, nace en las alturas tupidas y siempreverdes de la legendaria Yateras, tierra de antiguos asentamientos de indígenas taínos, los primeros habitantes de Cuba. En una primera expedición realizada por el doctor Antonio Núñez Jiménez, el geógrafo más connotado de la nación, apuntó su nacimiento por encima de los 800 metros de altitud, desde lo cual comenzaba su camino modestamente, entre los copiosos pinares serranos, y en constante trayectoria de pendiente o declive, que potencia la fuerza de su caudal, al igual que el aporte de los afluentes, 71 en total.
El Toa desemboca en el mar al norte de Baracoa, la ciudad primada de Cuba, fundada por el colonizador Diego Velázquez el 15 de agosto de 1511, un núcleo poblacional de extraordinarios valores culturales, paisajísticos e históricos, enclavado en un ecosistema selvático de ensueño, todo verdor, pero sin animales peligrosos al hombre.
La cuenca del Toa no solo se cuida de la posible o real actividad perniciosa del hombre, en su interacción ineludible con ella. También sufre y ha sufrido los embates de desastres naturales como los ocasionados por los huracanes Sandy y Matthews, que han afectado sus bosques esplendentes de árboles maderables y frutales y el hábitat seguro de numerosas especies de aves y reptiles.
La población rural que radica por sus lares se dedica a la explotación de recursos forestales y la plantación y cosecha de café y cacao, plátanos y obtención de miel. También al procesamiento de los cocoteros, una planta no autóctona, pero muy presente en la vida cotidiana de los humildes pobladores que usan sus trocos para maderas y obtienen de sus frutos alimentos y aceite. También, el aderezo de la deliciosa gastronomía de la región, con un sabor telúrico especial, solo característico de allí.
Desde el punto de vista geográfico la zona ocupada por la cuenca se extiende por el 70 por ciento de la región llamada Cuchillas del Toa, donde está la esencia o la crema de la biodiversidad en el archipiélago, de acuerdo con evidencias científicas estudiadas y no con estimaciones hechas a ojo de buen cubero. Allí no se cumple eso de que las apariencias engañan. Por el contrario, viene de perillas aquel santo Tomás cuando dijo: Vista hace fe.