En la capital de Cuba, los aficionados al arte de los puros cuentan ya con una nueva opción para disfrutar al máximo este lujoso producto. El hotel Conde de Villanueva, ventajosamente situado en el centro histórico de la ciudad, anunció la reapertura de su Casa del Habano e invitó a los visitantes para degustar fantásticos maridajes en el mejor ambiente y con la mejor compañía.
Así, quienes lleguen a “La Habana Vieja” tendrán a su disposición otra vía para descubrir los encantos típicos de Cuba. La Mayor de las Antillas ostenta una tradición tabacalera reconocida desde su época colonial, y cuatro factores hacen únicos en el mundo a los puros cubanos: la calidad del suelo donde se cultivan, las favorables condiciones climáticas, la variedad genética que permite crear opciones para cualquier paladar y el conocimiento de vegueros y torcedores trasmitido por generaciones. Actualmente, la confección de un Habano comprende más de 500 procesos totalmente artesanales.
Ubicado en la calle Mercaderes, el hotel Conde de Villanueva se distingue por su sobriedad e intimismo. En sus orígenes fue la mansión de Claudio Martínez de Pinillos, conde de Villanueva, célebre personalidad del siglo XIX de gran influencia en el florecimiento económico y social de la Isla. Al conde de Villanueva debe Cuba la temprana presencia del ferrocarril, así como la construcción hacia 1831 del acueducto Fernando VII y de monumentos emblemáticos de la ciudad.
Desde el primer encuentro con la familia anfitriona, los huéspedes del hotel tienen la posibilidad de contar con un servicio personalizado y preferencial. Concebido para los amantes del tabaco, cuenta con acogedoras habitaciones bautizadas con los nombres de famosas vegas cubanas, distribuidas alrededor del patio interior; y posee además el restaurante Vegas de Vueltabajo, la cafetería El Corojo, el salón desayunador Vegas de Vueltarriba y un Club de Fumadores.
El Hotel Conde de Villanueva se ha convertido en uno de los sitios más visitados por los artistas y la intelectualidad cubana y extranjera, pues es sede de la Galería Julio Larramendi que exhibe lo mejor del arte fotográfico y de otros géneros. Su salón principal Paso Real de San Diego, con capacidad para 60 personas, acoge a los participantes de conferencias, cócteles y reuniones de negocios.