Fábrica de arte cubano: un lugar para la recreación inteligente

Bien entrada la noche y de jueves a domingo, los jóvenes y los menos jóvenes que optan por una recreación inteligente se dirigen a un sitio que es quizás único en el mundo:la Fábrica de Arte Cubano, donde se puede disfrutar de todas las manifestaciones artísticas en un lugar presidido por el buen gusto y la presencia de las vanguardias artísticas, tanto en su programación como en sus decorados.

Una antigua fábrica de aceite situada en la calle 26 entre 11 y 13 de El Vedado, junto al puente de hierro que separa este barrio del lujoso Miramar, se levanta un centro que es visitado a diario por miles de personas.

Su diseño atrevido e innovador es idea del músico cubano X Alfonso que, tras realizar un documental bajo el nombre de Sin título, exhibido en Cuba en diciembre de 2009, decidió promover el intercambio entre sus protagonistas: artistas de todas las manifestaciones que aspiraban a un intercambio multidisciplinario en el que pintores, actores, músicos y coreógrafos pudieran interrelacionarse y romper las barreras que los mantenían separados.

Fue entonces que X recabó el apoyo del Ministerio de Cultura y el Instituto de la Música para dar vida a un lugar donde la recreación no quedara en la mera noción de consumo, sino que sirviera para enriquecer la espiritualidad de quienes allí acudieran, un espacio interactivo que tuvo su primera sede en Pabexpo, un reciento ferial situado al oeste de la capital y que en febrero de 2014 pasó a su actual ubicación.

Cuatro naves y un patio exterior fueron habilitados para disfrute de los amantes de la literatura y el arte.

En la primera nave coexisten las artes plásticas, el diseño gráfico, la moda, la arquitectura y la música de pequeño formato mientras en la segunda el espectador interactivo puede disfrutar de la fotografía y el video-arte.

Luego está la tercera para la danza, el cine, el teatro, la música clásica y la literatura a través de una biblioteca digital.

En la cuarta se realizan los conciertos y en el patio exterior, además de la barra para el consumo de comidas ligeras y bebidas, se encuentra la llamada “calle de los artistas”, donde se reúnen placas en homenaje a las grandes figuras del arte cubano.

“Lo que estamos tratando de hacer aquí es un sitio para el arte, una novedad, y también habrá espacio para los artistas cubanos que no residen en la Isla”, decía X Alfonso cuando su Fábrica era solo un sueño que hoy es una exitosa realidad.

Lo cierto es que muchísimas personas acuden como asiduos a este lugar maravilloso que aspira a extender su presencia en el centro y el oriente de Cuba.

Los jóvenes, sobre todo, lo han elegido contra la competencia del estruendoso y enajenante mundo de las discotecas donde solo el reguetón y la música tecno imperan con su falta de originalidad.

Con una capacidad total para cerca de tres mil personas, la Fábrica de Arte Cubano espera por más y más visitantes. Aquellos que quieran conocer lo que hacen en términos de contemporaneidad y novedad, tanto los consagrados como los más jóvenes y talentosos artistas de Cuba. Queda usted, pues, invitado.

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