Como parte de la recuperación del turismo en Cuba reabrió en La Habana el Gran Hotel Bristol, valorado por su belleza arquitectónica y servicio de primera clase.
La instalación, ubicada en la calle Teniente Rey, en la parte antigua de la ciudad, posee una larga trayectoria e historia.
Piscina, animación nocturna, servicio de taxi, salón de reuniones, y otras novedades, son algunos de los atractivos de este hotel de 162 habitaciones, operado por la hotelera suiza Kempinski y a poca distancia de lugares como el Capitolio de La Habana.
Abierto por Kempinski Hotels, el Gran Hotel Bristol es la segunda instalación de esa firma, la primera el Gran Hotel Manzana, a pocas cuadras.
El establecimiento está inspirado en el estilo Art Decó de la década de los años 1930 y cuenta con cuartos equipados además con TV de pantalla plana, un panel de control individual y conexión wifi, así como piscina en la terraza de la azotea.
La referencia de este hotel es histórica, pues existía en las calles habaneras de San Rafael y Amistad, con planta cuadrada, monolítico y sobrio, una referencia incluso cuando los tradicionales establecimientos como el Regina, Alamac o el Perla de Cuba desaparecieron entre ruinas.
El Bristol fue construido en 1924, durante el primer boom hotelero cubano, cuando la Ley seca imperante en los Estados Unidos arrojaba oleadas de turistas norteños sobre las costas de Cuba.
Su fundador fue el hacendado asturiano Estelvino Alfonso Trapiello que residía en México, dicen las notas de la época.
Su roof garden, desde el que se podía observar la ciudad, era muy apreciado y su restaurant, orientado al turismo del norte, se especializaba en comida norteamericana.
Todavía en 1989 aparecía el hotel en las guías publicadas por el anterior Instituto Nacional del Turismo.
Necesitado de una gran inversión para convertirlo en un hotel apto para recibir turismo internacional se decidió cerrarlo en espera de un financiamiento.
Su renacer llegó de la mano de Kempinski Hotels y sobre todo de la espiral ascendente del turismo cubano de estos años, que pese al freno provocado por la pandemia de la Covid-19, ahora tiene nuevas luces en este 2022.
Con una historia de más de 100 años, la instalación renace a partir de la restauración completa de un antiguo espacio cercano al edificio original.
El CEO de Kempinski Hotels y presidente del consejo de administración, Martin R. Smura, oportunamente calificó al Bristol de hito de La Habana con una historia impresionante, y comentó que transformarlo en un hotel de lujo fortalece la presencia de la firma en la región.