Algo tan importante como el idioma, además de costumbres, tradiciones, e incluso todavía parentescos cercanos, forman parte fundamental de la huella de España en Cuba, y ese es precisamente el nombre de un festival que une las variopintas culturas de los dos países, en esta ocasión dedicado al País Vasco.
Música, literatura, artes plásticas, cine y danza integran el variado programa de la edición 28 del Festival La Huella de España, celebrado del 8 al 14 de abril en teatros y otras sedes habaneras, y que cuenta por primera vez con un encuentro deportivo, de pelota vasca.
La danza es manifestación privilegiada en el evento, con la participación del Ballet Nacional de Cuba (BNC), la Compañía de Irene Rodríguez, el Ballet de la Televisión Cubana y agrupaciones de la Federación de Sociedades Españolas de Cuba.
Entre los momentos destacados de la cita figura el estreno mundial de una coreografía del Premio Nacional de Danza 2004, Alberto Méndez, sobre la popular canción vasca Maitechu mía, vocalizada por la reconocida cantante Ivette Cepeda, el dúo Iris, Camila Inclán y el grupo Reflexión, y bailada por Chanel Cabrera y Alejandro Olivera, del BNC.
También un elenco de la prestigiosa compañía interpretará Tierra y luna, de la coreógrafa catalana María Rovira, y en la gala de clausura, la directora artística del evento, Irene Rodríguez, estrenará con su compañía homónima la pieza Encierro, que debate sobre la tauromaquia desde dos perspectivas: la del torero y la del toro.
Esta función del 14 de abril estará dedicada a Alicia Alonso y Juan José Santos de Aguado, quienes hace tres décadas crearon el Festival La Huella de España.
Desde la música participan relevantes intérpretes como el cantautor vasco Tontxu y los cubanos Luna Manzanares, Ray Fernández, Johana Simón, la Scola Cantorum Coralina, la Jazz Band Amadeo Roldán, Ruy López-Nussa y la Academia, el coro Entrevoces y el grupo Kronos, además de los ya citados.