La región oriental cubana es sumamente tradicional y típica. Esta afirmación la corroboran centenares de viajeros que ya probaron el encanto particular de pasear por ese escenario.
Y una de las maneras de hacerlo es mediante cayucas, una embarcación típica de la región más al este del archipiélago cubano, denominada así por los aborígenes.
Pero esa manera de llamar a ciertos botes de madera se mantiene, como muchas otras tradiciones. Los campesinos no solo brindan paseos a los turistas en las cayucas, sino que tal transporte lo emplean en todas sus faenas.
Las cayucas originales eran de diferente manera, cortadas de los troncos de los árboles y con un procedimiento que se repite en varios países de América Latina. Las actuales prácticamente son botes, pero se siguen llamando de igual forma, aunque le distinguen fondos planos, sin quilla.
Un lugar muy especial en este sentido es el río Toa, donde hay una base de paseo.
El Toa es el rio más caudaloso de Cuba, con 31 metros cúbicos por segundo de agua; se encuentra ubicado en la provincia de Guantánamo, en las cercanías de la ciudad de Baracoa.
Su nombre procede de una voz indígena que significa “rana”. El río tiene una longitud de 130 kilómetros, nace en las montañas de Nipe-Sagua Baracoa y desemboca en las Cuchillas del Toa en la costa norte de la provincia.
Recorre una zona declarada Reserva de la Biosfera, por la Unesco, donde se creó el Parque nacional Alejandro de Humboldt. Su cuenca es de aproximadamente 1 060 kilómetros cuadrados, y la lluvia media anual es de 2 800 milímetros, la mayor de toda Cuba.
El río es uno de los mejor conservados del país debido al relativo aislamiento de la zona donde se encuentra enclavado, altamente protegida. Rodeado por los bosques tropicales mejor conservados del Caribe insular, es una importante región ecológica.
Un rancho especial
En las márgenes de esta vía fluvial existe un rancho particular, precisamente bautizado como Rancho Toa, desde donde se puede acceder a los paseos en cayucas.
En el lugar, además, se puede probar la comida de la región, y los productos elaborados con cacao, pues cacao y coco son ejes del territorio.
Entre los turistas que más visitan el rancho están los alemanes, franceses y holandeses, que gustan de apreciar de cerca el paisaje y navegar por el río. El alojamiento recibe más de tres mil clientes mensuales.
Desde allí se abordan las cayucas guiadas por campesinos de la zona, que adentran en el río a los visitantes. En el mismo sitio de partida realizan el almuerzo, intercambian con los lugareños y se acercan a las tradiciones de la zona.
Cayucas y cayucos
Un cayuco es una canoa de fondo plano construida por el vaciado de un tronco de árbol, a veces un tronco de palmera, normalmente una frondosa de madera blanda como la Ceiba. Su nombre deriva de la palabra cayo.
El vaciado puede ser por herramientas metálicas o de piedras en forma de hacha, machete, azada, azadón, o ayudándose de hogueras que carbonizan el interior del tronco, y teas para los costados y fondo exterior, e igualándolo con herramientas.
Por extensión se llaman cayucos a otras embarcaciones de fondo plano y estrecho en comparación con su longitud, propiamente las que nos ocupan, herederas de aquellas que navegaron el Toa en su momento.
La palabra cayuco solo aparece en la mayoría de los diccionarios de español para referirse a una embarcación india de una pieza usada en América.
Se trata de una especie de bote angosto, largo y estrecho más pequeño que la canoa, con el fondo plano y sin quilla, que se gobierna y mueve con un remo ancho conocido como canalete.
Además de ese significado, tiene otro en el español hablado en Guinea Ecuatorial y en las Islas Canarias, que aparece en El pequeño Larousse ilustrado, como una barca grande o barcaza que se emplea en las costas atlánticas de África para la pesca artesanal y que habitualmente lleva un motor fuera borda.
Por demás, a veces se confunden las voces cayuco y patera, pero cada una de ellas tiene un significado propio y diferente de la otra.
En Cuba, y en particular en la región oriental, a esos botes de fondo plano fabricados de madera se les llama cayucas y son los empleados para las faenas de la región y para los paseos de los turistas.
Un paseo por el Toa en estas embarcaciones depara una experiencia que muchas personas incluso desean repetir, en una jornada que se transforma en inolvidable.