El conocimiento de la historia y el patrimonio son opciones para las vacaciones de verano en la ciudad de Camagüey, con la casa natal del eminente científico Carlos J Finlay entre los espacios de marcado interés en la urbe oriental.
Variadas acciones, entre las que sobresalen las vinculadas al cuidado de la naturaleza y la biodiversidad, tienen lugar allí, con énfasis en este 14 de agosto, cuando se cumplen 139 años de que el sabio cubano presentara su teoría sobre la transmisibilidad de la fiebre amarilla por el mosquito Aedes aegypti
La Casa Museo, que data del siglo XVIII, ubicada en el Centro Histórico camagüeyano, acoge, entre otras actividades, talleres sobre temáticas diversas y una exposición de dibujos infantiles sobre la naturaleza.
Carlos Juan Finlay Barrés nació el 3 de diciembre de 1833. Estudió la carrera de medicina en el Jefferson Medical College de Filadelfia, Estados Unidos, revalidó su título en la Real y Literaria Universidad de La Habana y perfeccionó conocimientos en Francia.
Ingreso a la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana en el año 1872, y allí, en 1881, expuso sus investigaciones en el trabajo científico “El mosquito hipotéticamente considerado como agente trasmisor de la fiebre amarilla”.
Su obra se considera trascendental y única porque contiene, en esencia, los planteamientos de una teoría nueva para la ciencia, sustentada en el descubrimiento de un nuevo modo de transmisión de las enfermedades por un vector biológico, independientemente de referirse en ella al caso concreto de la fiebre amarilla.
Fallecido en 1915, Finlay fue propuesto varias veces al Premio Nobel de Medicina de Fisiología y Medicina entre 1905 y 1915, recibió en 1907 la Medalla Mary Kingsley, conferida por el Instituto de Medicina Tropical de Liverpool, la más importante institución del mundo en Infectología, y un año más tarde la orden de la Legión de Honor, otorgada por el Gobierno de Francia.