Fiesta camagüeyana del tinajón, fiesta cubana

Pocas ciudades tienen símbolos que la representen tanto, por historia y presente, como la urbe oriental cubana de Camagüey, donde proliferan grandes tinajones, de la más auténtica herencia española.

La Ciudad de los Tinajones es el bien ganado epíteto de esta urbe señorial fundada en 1514 con el nombre de Santa María del Puerto del Príncipe, como una de las primeras siete villas establecidas en Cuba durante la campaña de conquista llevada a cabo por Diego Velázquez.

Según historiadores, estos grandes recipientes panzudos tienen sus antecedentes en la vasija andaluza, utilizada para guardar granos, aceites, arroz, líquidos…, pero en la localidad cubana su función principal fue la de recoger y almacenar agua fresca de lluvia, que dicen es la más grata.

Con el abundante barro de la zona, los alfareros llegados del sur de España comenzaron a fabricar los tinajones, se estima que desde los años de 1600, y después no había hogar en el cual no hubiera al menos uno, rodeado de la hermosa vegetación de los patios camagüeyanos.

Junto a las voluminosas vasijas de antaño que aún perviven, convive hoy una nueva generación de tinajones gracias al quehacer de alfareros que se han dedicado a rescatar la tradición.

Estas piezas utilitarias y ornamentales dan nombre también a una de las celebraciones relevantes de Camagüey, la Fiesta del Tinajón, que este año se efectúa del 18 al 22 de diciembre con sede principal en el Casino Campestre, el mayor parque urbano del país.

Música, artes plásticas, danza, literatura, audiovisuales, culinaria y otras manifestaciones forman parte de estas jornadas, con el propósito de mostrar los valores culturales, históricos y las tradiciones de Camagüey.

La presente edición está dedicada al fundador del festejo, el músico y compositor Adalberto Álvarez, Premio Nacional de Música 2008, en los 46 años de vida artística, y los 35 de su popular orquesta Adalberto Álvarez y su Son.

 

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