Por Ana María Ruiz
Comer bien y servir una mesa con gusto ha formado parte siempre de la cultura de los cubanos, para quienes invitar a un amigo a compartir un almuerzo o una cena en su casa es un acto de gran aprecio.
Aunque en décadas pasadas se fueron perdiendo muchos detalles de la sabrosa culinaria tradicional, hoy es propósito de la nación caribeña convertir su gastronomía también en un valor turístico, y el presidente de la Federación de Asociaciones Culinarias de la República de Cuba (FACRC), Eddy Fernández Monte, está convencido de que en los próximos años muchas personas vendrán al país atraídas por su cocina.
“La cocina cubana es rica desde el punto de vista cultural —dice el chef a Más Cuba—, porque tiene influencia aborigen, europea, africana, asiática, caribeña… y la fusión de todas ellas la hace diferente.
“Una riqueza de nuestra cocina es el sabor, a nosotros nos gusta la maceración, el adobo. A diferencia de otros países, por ejemplo, que cocinan la carne y la salsa aparte, a nosotros nos gusta sentir el sabor del sofrito con el ajo, la cebolla, el ají, el tomate, y adicionamos productos como limón, naranja agria, laurel, comino, orégano. Son sabores implícitos en nuestra comida que nos hace recordar la familia, el hogar.
“En el caso de los arroces, no hay país que haga los moros con cristianos, el congrí, como los cubanos. Hay similitudes en algunas naciones, pero el nuestro lo hemos hecho único. Y hay características muy típicas de cada región del archipiélago”.
La culinaria nacional ha ido ganando espacios en el mundo y en el país en los últimos tiempos. El chef Eddy Fernández apunta al respecto la creciente participación de la gastronomía cubana en eventos internacionales, la concesión de franquicias para constituir establecimientos en el exterior, como la afamada Bodeguita del Medio, y el interés de turistas que viajan a la Isla en restaurantes que ofrecen comida cubana, incluso con búsquedas previas por internet desde el exterior.
Hoy la culinaria está de moda en el mundo, y también en Cuba, pero más allá de esa corriente, la Isla retoma y ofrece recetas de abuelas, de la cocina tradicional, aunque con la estilización que impone los nuevos tiempos.
“Es la misma cocina autóctona, pero más refinada, precisa Fernández, con menos contenidos de azúcar, grasa, sal, y en muchos establecimientos se encuentran ya platos típicos como la ropa vieja, la vaca frita, frituras de maíz y malanga, postres caseros, que hace un tiempo no se encontraban en los restaurantes.
Y además de ingredientes y maneras, cuenta también la pasión que se ponga en la preparación de cada plato, porque, señala el chef Carlos Otero Pérez, la culinaria es un arte.
“Aunque las creaciones son efímeras, la cocina lleva mucho estudio y mucho amor por lo que se está haciendo, no solamente para lograr la máxima calidad de la elaboración, sino también para ofrecer una presentación atractiva, puntualiza el vicepresidente primero de la FACRC, y pone como ejemplo a la repostería, en la que se hacen verdaderas obras de arte.
Para fomentar la cultura culinaria en su mejor estilo, entre otros proyectos la Federación auspicia el Restaurante Escuela Artechef, que ofrece cursos, talleres, seminarios y otras acciones, algunas dedicadas también a niños, y donde puede disfrutarse de un variado y exquisito menú.