Con un estilo que avanza y evoluciona al ritmo de los tiempos y también recoge las esencias más perdurables, el diseñador de moda cubano Mario Freixas se abre espacio en el mundo de las pasarelas nacionales e internacionales con un sello que lo distingue y lo hace preferido.
Por Marta Ferraz
Su colección “Evocación de La Habana”, dedicada al medio milenio de la capital cubana, es una de las últimas joyas del creador, a quien avalan más de 20 años de experiencia en este quehacer, luego de haberse dedicado con éxito al diseño para producciones de espectáculos artísticos.
Presentada como antesala al festejo de la ciudad, tuvo éxito rotundo en el evento Nicaragua Diseña 2018, y gran aceptación en la última Jornada de la cultura cubana en Bélgica, y en la IV Semana de la Moda en La Habana.
El camino andado y de consolidación se ha enriquecido con presentaciones frecuentes en un lugar muy cercano al emblemático centro histórico de La Habana, Patrimonio de la Humanidad: es el hotel Grand Packard en noches de gala, que la pasarela de Freixas contribuye a llenar de maravillosas remembranzas.
Para esta creación el artífice contó también con los aportes del orfebre Alfredo Castellanos, colaboración de gran valor para él.
El artista está afiliado a la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA), con un quehacer muy aclamado en los desfiles promovidos por la entidad.
Cada vez más renombrado en circuitos populares, de personalidades artísticas y medios de comunicación, Freixas jamás pierde de vista las necesidades y gustos de las personas sencillas y las improntas de la actualidad y la comodidad; unir estos preceptos a la sabia utilización de formas ancestrales de hacer la costura y aplicaciones artesanales, el uso de una bella orfebrería y otros aditamentos, como bolsos, zapatos y carteras, han marcado su sello y dan vida a lo que pudiéramos llamar Efecto Freixas.
Este sería el de la cubanía, distinguible a primera vista, y la modernidad. En las pasarelas de Freixas predominan los colores claros como los blancos níveos, hueso o marfil, cremas o beiges, ocres… en prendas confeccionadas preferentemente en hilo y lino, tejidos que mejor se avienen a los sofocos y transpiraciones del trópico.
Los detalles del clásico bordado calado a punto Richelieu, u otras labores en trama “al pasado”, en aro o tambor, tejidos a crochet o dos agujas, los entredós, bieses y pasacintas adornan con estilización y elegancia contemporáneas vestidos y faldas, de fantástica y suave caída.
La sencillez y el afán por el confort, la avenencia al clima y a la idiosincrasia nacional, lejos de vulgarizar el resultado, lo hace más bello. En Freixas las esencias nacionales no se folclorizan de manera chillona, vienen al cliente con el amor y la delicadeza que esperamos.