Para la temporada invernal, que trae vientos más frescos a estas latitudes del trópico o francamente fríos en el norte del hemisferio, son recomendables bebidas de la “tierra caliente”, como se le llama a la oriental Santiago de Cuba, epíteto ganado por su clima y también por el temperamento de su gente.
El Ron Santiago de Cuba es un buen acompañante para brindis y reuniones de amigos que buscan la calidez de los buenos momentos, aunque su presencia destaca igualmente en grandes eventos, en sus variantes de Añejo, Añejo Superior 11 años y de 12 años.
Su reconocida calidad es resultado de la selección del aguardiente, las mezclas sucesivas de las bases añejas, el añejamiento tradicional y natural en barriles de roble blanco americano y el meticuloso cuidado de los maestros roneros durante el proceso productivo.
En el caso del Añejo Superior 11 años, precisa la Corporación Cuba Ron S.A., su sabor distinto viene de la mano con notas de café, chocolate oscuro, caramelo, una pizca de nuez y vainilla.
Las bebidas de esta marca son producidas en Roneras Santiago de Cuba, la más antigua fábrica del país, fundada en 1862, en la cual se ha mantenido la tradición del ron ligero cubano, parte enriquecedora e inseparable de la cultura nacional.
Decir Ron Santiago de Cuba, señala la corporación cubana, es también hacerle una carta de amor a nuestros orígenes autóctonos, a las raíces que huelen a caña de azúcar, a la leyenda y tradición que acompañan nuestra historia.