La Habana, una experiencia inolvidable

Cálida, tranquila, amigable y muy acogedora. Cosmopolita, moderna y diversa. Seductora y sensual. Bulliciosa y melódica. Inconfundible y única. Nostálgica e inspiradora.

La capital cubana sorprende todos los días y nunca deja indiferente. La Habana enamora a primera vista y para siempre. Quienes nunca pensaron en visitarla, cuando la conocen aseguran que volverán.

La Habana seduce con sus marcados contrastes y disonancias, leyendas y personajes populares, modernidad y tradición, confluencias de estilos arquitectónicos, variado patrimonio cultural, atractivo Centro Histórico y, sobre todo, por la gente que le da vida.

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Con El Morro a la entrada del puerto, La Habana es una ciudad con una fisonomía, un color y una atmósfera particulares, especialmente cuando al amanecer el sol resplandece entre edificios y calles. Para muchos, la pintoresca belleza de la ciudad obedece a su ubicación junto al mar, un escenario que se integra armónicamente con el diseño arquitectónico de la urbe. Por eso la imagen más emblemática de la ciudad es El Malecón con sus edificios circundantes, El Morro y la entrada de la bahía, vista que el alemán Alejandro de Humboldt definió como “una de las más alegres y pintorescas de que pueda gozarse”.

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Famosos de todas las épocas han quedado prendados de los muchos encantos de La Habana, como Ana Pavlova e Isadora Duncan, Gary Cooper, Ava Gardner, Frank Sinatra, Uma Thurman, Steven Spielberg, Winston Churchill, Albert Einstein o Babe Ruth. Ernest Hemingway la clasificó entre las tres ciudades más bellas del mundo, superada solo por París y Venecia; Federico García Lorca dijo que era una maravilla; y el poeta mexicano-cubano Fayad Jamís aseguró que si La Habana no existiera, habría que inventarla.

Irrepetible

Tranquilidad ciudadana, seguridad y un sistema sanitario y educativo único en el entorno geográfico caribeño hacen de La Habana un destino irrepetible, donde además conviven en paz católicos, evangélicos, ortodoxos griegos y rusos, judíos, musulmanes y yorubas, convirtiendo la ciudad en una babel de religiones.

Está rodeada por 40 kilómetros de costas que incluyen una bahía y playas al este y oeste. Como nunca se está lejos del mar en La Habana, el azul es el color distintivo de la urbe.

Sus símbolos son La Giraldilla, por un lado, que en el Castillo de la Real Fuerza inmortaliza la esperanza por el amor perdido.Y la Ceiba del Templete ,por otro lado, a cuya sombra se ofició la primera misa de la ciudad. A quien le da tres vuelta alrededor, se dice que se le concede el deseo que pida.

La Habana es el centro político y administrativo del país, eje de su vida cultural, social, deportiva, educativa y científica; sede de importantes eventos de todo tipo y con un extenso abanico de hoteles, muchos gestionados por prestigiosas cadenas extranjeras, principalmente españolas. Su aeropuerto internacional (el mayor del país), una moderna terminal de cruceros y las marinas Hemingway y Tarará facilitan el acceso desde el exterior.

La Habana cuenta con una amplia red de vías de comunicación con el resto del país, lo que facilita que en una misma visita a Cuba se puedan combinar diferentes intereses de viaje. La playa de Varadero está a solo 140 kilómetros por carretera hacia el este, mientras que oeste, en la tierra del mejor tabaco del mundo, se encuentra el Valle de Viñales con sus singulares mogotes, uno de los parajes de la geografía cubana más conocidos internacionalmente, declarado por la UNESCO Paisaje Cultural de la Humanidad. Diariamente la ciudad se enlaza con vuelos a los exóticos cayos y a destinos tan atractivos como las ciudades de Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba.

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La Habana es cultura

Resalta La Habana también por su rica cultura, que abarca la literatura, las artes plásticas, la danza y las demás manifestaciones artísticas. La capital cubana es sede del prestigioso Ballet Internacional de Cuba, que dirige la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, y escenario de importantes espectáculos artísticos y literarios durante todo el año.

Ballet Internacional de Cuba

Es anfitriona de sugerentes eventos culturales como los festivales de cine latinoamericano y guitarra, Cubadisco, la Bienal de La Habana, Boleros de Oro y La Huella de España, entre otros. En especial resaltan los festivales de ballet y jazz, inspirados por Alicia Alonso y Chucho Valdés, ganador de cinco premios Grammys.

La Habana vio nacer a célebres artistas de la plástica, novelistas, creadores e intérpretes musicales como los escritores Alejo Carpentier y José Lezama Lima, los pintores René Portocarrero y Mariano Rodríguez, el ajedrecista José Raúl Capablanca, el compositor Ernesto Lecuona u Omara Portuondo, la diva del Buena Vista Social Club.

Los 500 años de historia, cultura y tradición de la ciudad están atesorados en  sus museos, entre los que resalta el Nacional de Bellas Artes, en cuyos 7.600 m² se presentan más de 1.200 pinturas, esculturas, grabados y dibujos desde el siglo XVI hasta la actualidad que representan la colección de arte cubano más completa en el mundo.

Síntesis de toda Cuba, La Habana evoca espléndidos puros, ron inigualable, ritmos contagiosos, el tercer concierto más multitudinario del mundo y antiguos automóviles americanos, jocosamente nombrados “almendrones” y que gracias al ingenio de sus dueños se mantienen casi nuevos, funcionando como taxis.

Cadillac, Ford, Mercury, Buick, Chevrolet, Pontiac, Chrysler, DeSoto, Dodge, Odsmobile y Plymouth son algunas de las marcas que componen este exótico museo rodante.

La Habana de noche

Desde siempre La Habana ha sido conocida por su bohemia noctámbula, “descargas” de boleros y famosos centros nocturnos como el mítico Tropicana. En 1939 vio la luz este cabaré construido al aire libre en una zona boscosa, condición que lo hace diferente de los tradicionales y le dio el sobrenombre por el que se le reconoce mundialmente: Un Paraíso bajo las Estrellas. En su pista han actuado artistas como Josephine Baker, Libertad Lamarque, Tongolele, Xavier Cugat, Los Chavales de España, Carmen Miranda, Liberace, Pedro Vargas, Norma Duval, Alejandra Guzmán, Cheo Feliciano y Nat King Cole, una de las figuras que más ayudó al realce de Tropicana.

La noche habanera también se vive en la sala de fiestas Turquino, en el último piso del hotel Tryp Habana Libre, y Habana Café, en el Meliá Cohiba; los cabarés Salón Rojo, Copa Room y Parisién; el salón Chévere, el jazz club La Zorra y el Cuervo, el café concert Gato Tuerto, el Pico Blanco, rincón del feeling; el Delirio Habanero, Dos Gardenias, la casa del bolero.

la habana de noche

La Habana antigua

La Habana Vieja, cuyos íntimos rincones rezuman historia, fue la génesis de la ciudad, fundada en 1519 por los españoles aprovechando la privilegiada ubicación de la bahía frente al Atlántico.

Como herencia de casi 500 años de presencia colonia, La Habana Vieja conserva una sui géneris mezcla de monumentos barrocos y neoclásicos, así como un conjunto homogéneo de casas privadas con arcadas, balcones, portones de hierro forjado y patios interiores. Aquí están los grandes monumentos, las fortalezas, los conventos e iglesias, los palacios y las callejuelas empedradas. Suman más de 900 edificios, los más añejos del siglo XVI.

La Habana Vieja calles

El núcleo originario de la ciudad se concentraba alrededor de una plaza central, como era costumbre en las ciudades coloniales fundadas por los españoles, donde los edificios militares, políticos y religiosos estaban muy próximos unos de otros. Esa función primigenia correspondió a la Plaza de Armas, que debe su nombre a haber servido desde fines del siglo XV como escenario de ceremonias y eventos militares.

La Habana Vieja es el conjunto colonial más rico y mejor conservado de Latinoamérica, declarada en 1982 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su restauración resalta por la vocación social, comunitaria y residencial, lo que conjura la posibilidad de convertir el Centro Histórico en una ciudad-museo.

Es el barrio más antiguo de la ciudad y sitio de obligada visita para la inmensa mayoría de los viajeros internacionales que llegan a la capital cubana. Las plazas Vieja, de la Catedral y de San Francisco, el sistema de fortificaciones (El Morro, La Cabaña, La Fuerza y La Punta), los restaurantes La Bodeguita del Medio y Floridita, la pintoresca ceremonia del Cañonazo…, múltiples son los sitios de interés de La Habana Vieja, rodeada por un entorno donde despuntan atracciones como el Capitolio, la tabaquería Partagás, el Palacio Presidencial, el Parque Central con su tertulia deportiva y la esquina de Prado y Neptuno, cuna del cha-cha-chá.

el capitolio la habana

Una y muchas

En sus inicios la ciudad estaba protegida por una muralla, que fue derrumbada para posibilitar su expansión. Empezó a surgir así lo que se conoce como La Habana moderna.

A diferencia de otras grandes urbes, La Habana creció conservando lo construido y salvaguardando sus barrios tradicionales, sin borrar las particularidades e identidad de estos. Más allá del Centro Histórico de la capital cubana los visitantes pueden encontrar un variado abanico de interesantes rincones: la céntrica Rampa con la popular heladería Coppelia, la bicentenaria Universidad de La Habana, la arbolada Quinta Avenida en el corazón corporativo de la ciudad, la histórica Plaza de la Revolución, el Barrio Chino, el Jardín Botánico… También resalta por sus decenas de kilómetros de playa, un extenso litoral con más de 70 sitios de buceo, y sus “oasis verdes” con los parques Lenin y Metropolitano.

En La Habana también se puede practicar golf en un campo de nueve hoyos, así como también disfrutar del deporte por excelencia en esta maravillosa tierra, el beisbol.

deporte nacional cuba beisbol

La capital cubana es una y muchas a la vez, auténtica siempre y presta a superar las expectativas de quienes la visitan para disfrutar de una aventura inolvidable.

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