El mítico Restaurante-Bar Floridita abre este 3 de agosto una atractiva licorera integrada a su edificación, en la cual se podrá adquirir una amplia gama de vinos, licores u otras bebidas espirituosas de todos los proveedores y compañías establecidos en Cuba.
La instalación, edificada en apenas unos meses, será una oportunidad para que la población cubana o foránea pueda comprar esos productos exclusivos y únicos a través de una mejor relación precio-calidad, manifestó Ariel Blanco Rodrigo, director del emblemático establecimiento gastronómico, perteneciente a la Empresa Extrahotelera Palmares S.A.
Según comentó el directivo, la nueva tienda será una opción más de ingresos y recaudación de moneda libremente convertible ante la difícil situación creada por la pandemia de covid-19.
En el local, ubicado a un costado del restaurante Piña de Plata, con el frente por la calle Obispo, se expenderán vinos de firmas como UCSA Freixenet, AM Group, Bodegas Torres, Inversiones Pucara S.A., MG, entre otras, así como rones, whiskies, tequilas u otras bebidas espirituosas de la Corporación Cuba Ron S.A., Havana Club International S.A. y otras.
Informó asimismo que aprovecharon la ocasión para mejorar y elevar el confort de la Piña de Plata, situado en la parte trasera, para lo cual los trabajadores acometieron ingentes esfuerzos para reparar los baños, la barra y la cocina, y acondicionaron el bar, de manera que fuera más familiar, sencillo y de clientes amigos, y no tan turístico como el del Floridita.
Además del escritor y periodista Ernest Hemingway, quien acostumbraba a visitarlo con regularidad, el famoso restaurante-bar ha recibido en sus 200 años de existencia a personalidades célebres como el escritor Tennessee Williams, el director de cine Francis Ford Coppola, la actriz italiana Ornella Muti, el diseñador de moda francés Paco Rabanne, el actor francés Jean Paul Belmondo, el músico Jean Michel Jarre y el actor Matt Dillon, entre otras.
Catalogado como Cuna del coctel Daiquiri, el Floridita abrió sus puertas en el año 1817 siendo un simple bodegón, aunque hoy conserva el diseño y parte del mobiliario original de inicios del siglo XX.
El calificativo de Catedral de la Coctelería le llegaría a este bar partir de 1914 cuando llega a trabajar el cantinero español llamado Constantino Ribalaigua Vert, quien en 1918 pasa a ser propietario del lugar.
(Yuri Muñoz)