¿Problemas de sueño en estos días de confinamiento?

Nos pasamos alrededor de un tercio de nuestra vida durmiendo (aunque mejor habría que decir que “nos deberíamos pasar”, pues no a todo el mundo le resulta tan fácil hacerlo).

sueño

Y es que el sueño es una de las funciones vitales del organismo, como lo son la respiración, la digestión o la inmunidad. Tan cierto como que necesitamos el aire para vivir lo es también que debemos dormir adecuadamente.

Descansar es esencial para llevar a cabo las funciones de aprendizaje, memorización y adaptación a circunstancias cambiantes. Además, el sueño desempeña también una función primordial para asegurar el bienestar durante el día.

El sueño también permite el reposo del organismo, así como la reconstitución de las reservas de energía metabólica (el glucógeno que se almacena en el hígado). Dormir está directamente relacionado con la buena salud, pues repercute en la estimulación hormonal, la reconstrucción celular, el buen humor, la maduración cerebral, la salud del sistema cardiovascular, la recuperación física y psíquica…

Los trastornos del sueño pueden volverse crónicos y persistir durante meses, años incluso, y sus causas son, en la mayor parte de los casos, psicológicas. Las psicofisiológicas suelen aparecer tras un período de insomnio con una causa conocida cuando, una vez desaparecida esta causa, el insomnio persiste debido a un mecanismo de condicionamiento que se automantiene sobre todo por el temor a no poder dormirse. A partir de ahí, evoluciona ya de forma propia.

Dormir mal tiene consecuencias directas en la calidad de vida diurna, y en poco tiempo también sobre la salud.

  • Depresión.
  • La ansiedad, el estrés y la depresión son la causa de más de la mitad de los casos de insomnio. En otros casos, el origen está en el estilo de vida o relacionado con el entorno (un ritmo de vida irregular o un ambiente ruidoso, por ejemplo, perturban el sueño).

Estas son las seis plantas más eficaces para ayudarle a dormir:

Espino blanco: acción sedante sobre el sistema nervioso central

La composición del espino blanco (Crataegus oxyacantha) es compleja, ya que incluye numerosos tipos de principios activos. Por lo tanto, no existe una molécula capaz de explicar por sí sola sus virtudes. En realidad, el espino blanco es un cóctel de flavonoides en el que el hiperósido y la vitexina, que actúan como reguladores del ritmo cardíaco, reducen las palpitaciones y la percepción exagerada del ritmo cardíaco en personas ansiosas y nerviosas, ejerciendo una acción sedante sobre el sistema nervioso central.

La acción del espino blanco puede mejorarse combinándolo con la acción conjunta de otras plantas sedantes.

Melisa: calmante y ansiolítico

La melisa (Melissa officinalis) se cultiva desde siempre por sus virtudes relajantes y sus propiedades digestivas. Dentro de sus constituyentes principales destacan los ácidos fenólicos (en especial el ácido rosmarínico), los flavonoides, triterpenos y glucósidos de monoterpenos. Los estudios experimentales han confirmado que la melisa tiene acción sedante y ansiolítica. Por ejemplo, en un estudio aleatorizado, a doble ciego y controlado con placebo se confirmó que es capaz de mitigar el estrés de forma significativa y mejorar el estado de ánimo, al tiempo que inducir al sueño.

Verbena: para un sueño reparador

Hierba sagrada de los galos, poción mágica de los celtas y de los romanos, a la verbena (Verbena officinalis) se la conoce, sobre todo, por facilitar la digestión; aunque se emplea desde hace siglos para reducir el nerviosismo, en particular, en caso de trastornos del sueño, estrés y ansiedad. Puede incluso emplearse para tratar la depresión, la apatía o la neurastenia si se combina con la manzanilla y el tilo.

Amapola de California: sedante e hipnótica

La amapola de California (Eschscholzia califórnica), lleva usándose desde hace muchos años como remedio popular por sus efectos analgésicos y sedantes. Ha sido objeto de numerosos estudios que han demostrado que sus principios activos (entre los que destacan sus alcaloides) están indicados en el tratamiento sintomático de estados leves de ansiedad y sobre todo en trastornos menores del sueño y el nerviosismo. Ayuda a dormir y reduce los desvelos nocturnos y las pesadillas.

Matricaria (o manzanilla alemana): relajante y sedante

No hay que confundir la matricaria o manzanilla alemana (Matricaria chamomilla) con la manzanilla romana (que es la que más se consume). La Organización Mundial de la Salud (OMS) admite la utilización terapéutica de la matricaria en el tratamiento de la dispepsia (en particular, de los espasmos y las inflamaciones del tubo digestivo), y también para aliviar la tensión nerviosa y el insomnio que provoca. La presencia de flavonoides que contiene, como la apigenina, explica sus efectos calmantes sobre la agitación nerviosa y en síntomas de depresión como el insomnio. 

Tilo: antifatiga nerviosa

Los tilos son árboles de gran tamaño, que pueden alcanzar los 40 m de altura, con hojas en forma de corazón. El tilo se ha usado desde tiempos inmemoriales para tranquilizarse y ayudar a coger el sueño. De modo general, esta planta influye sobre el equilibrio nervioso gracias a sus virtudes antiespasmódicas, calmantes y sedantes.

Dentro de sus principios activos con actividad terapéutica destacan los polifenoles, polisacáridos y su aceite esencial. Además, el farnesol es el que le otorga gran parte de sus propiedades. De hecho, este compuesto se combina con los receptores de benzodiacepinas presentes en el cerebro, los mismos receptores que tienen por objetivo los fármacos o las sustancias ansiolíticas, sólo que ¡sin efectos secundarios ni adicciones! El efecto relajante del tilo se observa también sobre el sistema digestivo, ya que resulta muy apropiado para calmar los retortijones.

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