El tradicional cañonazo de las nueve de la noche en La Habana fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación Cubana.
La centenaria costumbre, que tiene lugar en la fortaleza de San Carlos de la Cabaña, comenzó en el siglo XVIII para avisar a los habitantes de la villa de San Cristóbal de La Habana el cierre de las puertas de la muralla que rodeaba la urbe.
Hoy solo se conservan algunos tramos de esos muros en La Habana Vieja, centro histórico de la localidad, declarado por la Unesco Patrimonio Mundial de la Humanidad.
La añeja costumbre se ha mantenido en lo fundamental desde entonces, con excepciones, entre ellas la I intervención estadounidense en Cuba y durante la II Guerra Mundial.
La museóloga Migleidis Escalona precisó a la Agencia Cubana de Noticias que hace más de 300 años que se escucha el cañonazo, el cual también formó parte de una reglamentación militar para los marineros de las flotas españolas, luego alcanzó un valor de uso social y posteriormente se convirtió en una tradición.
San Carlos de la Cabaña es la mayor de las fortificaciones militares construida por los españoles en Hispanoamérica y es actualmente sitio privilegiado de visitas de turistas, que pueden apreciar, a las nueve de la noche, el ritual del cañonazo o, en otros momentos, recorrer sus instalaciones.