¿Flan de mentira?

Los olores y sabores de la niñez rara vez se olvidan y en este verano, más caliente que de costumbre, recuerdo los dulces caseros de mi madre.

Acostumbrada a su delicioso arroz con leche y flan, le pregunté un día por qué el flan que me brindó ese día no sabía como los que solía hacer.

Ella me contestó que ese flan era de calabaza y no de huevo, razón por la que en lo adelante lo llamé “flan de mentira”, aunque la mentira fuera tan deliciosa como la verdad.

Es más, solo en este caso el flan de “mentira” resulta mucho más beneficioso que “el de verdad”. La calabaza cuenta con muchas vitaminas antioxidantes como son la A, la C y la E.

La primera se trata de un gran antioxidante natural, esencial para el organismo, beneficiando a las membranas mucosas, los ojos y la piel. Distintas investigaciones han demostrado que los productos ricos en vitamina A contribuyen a que el cuerpo esté más protegido contra el cáncer de pulmón.

También tiene muchas vitaminas del complejo B, como la tiamina, piridoxina, niacina, ácido fólico y ácido pantoténico, sin olvidarnos de su alto contenido en minerales como el calcio, fósforo, potasio y cobre.

La calabaza es un alimento que cada vez tiene más aceptación en nuestros menús, y en gran medida esto se debe a sus propiedades nutritivas, por lo que recomiendo que den mayor participación a este versátil vegetal en sus comidas.

 
Flan de calabaza

Ingredientes:

1 1/5 lb de calabaza
1 lata de leche condensada
2 tazas de agua
1 pedazo de canela en rama
¼ cucharadita de sal
6 cucharadas de maicena
¾ taza de azúcar
1 cucharita de vainilla

Elaboración:

Pele la calabaza y póngala a salcochar hasta que se ablande. Mezcle la leche condensada con el agua. Ponga a hervir la mitad de la mezcla de agua y leche con canela y sal.

Mezcle el resto con la maicena, azúcar y calabaza reducida a puré. Añádale la leche caliente y páselo todo dos o tres veces por un colador fino. Póngalo a cocinar revolviendo hasta que espese. Viértalo en un molde bañado con caramelo y déjelo enfriar bien hasta que cuaje antes de sacarlo.

Da para ocho raciones. Si desea usar leche fresca en vez de leche condensada, utilice tres tazas de leche, suprima el agua y aumente la cantidad de azúcar a dos tazas. Si no tiene maicena, puede hacerlo con harina.

Aumente la cantidad de harina en relación con la maicena indicada. Esta receta, por ejemplo, se hace con 12 cucharadas de harina.

Entradas relacionadas

Deja tu comentario