Modas y modos en Cuba

Hablar de modas en Cuba puede parecer extraño y confuso. Cierto es que al cubano siempre le ha gustado vestir bien, lucir elegante y estar al tanto de lo que se usa en el ropero internacional en tal o más cual temporada.

Aquejada de múltiples y diversas carencias materiales, la población cubana ha optado por vestirse con lo que puede costearse o conseguir con la ayuda de amigos y familiares, dentro o fuera del país; de ahí que seguir una tendencia resulte harto dificultoso, a veces hasta imposible.

Sin un estilo definido y sin muchas pretensiones, el cubano de estos tiempos se ha incorporado a una “nueva moda” que mundialmente han dado en llamar Normcore; una forma de vestir fácil y desenfadada, ideal para lucir como si alguien no tuviera intención de afianzarse a algún estilo específico, sino que se notara en pleno ajetreo.

¿Cómo se viste en la Isla? Hay personas que por su forma de vida o sus preferencias se alían a tendencias como la moda emo, friki, rastafari, miki, repa y hipster, pero en la generalidad no se sigue una tendencia concreta y se viste de un modo conocido como “normal”, así de simple.

La información visual llega ahora por diferentes medios. Si hasta hace unos años la gente solo advertía la televisión y el cine, hoy puede acudir a Internet y descargar en la red de redes lo más reciente sobre el tema que desee.

Para algunos, hablar de moda o reparar en su importancia y trascendencia social en la Cuba contemporánea constituye un hecho banal, cursi, superfluo. Sin embargo, un notable grupo de profesionales del diseño textil se ha empeñado en demostrar lo contrario y, desde espacios diversos, a lo largo y ancho de la Isla ha exhibido su talento creativo —sobre todo en las últimas tres décadas—, basado en la particularidad de esa zona tropical y en las tradiciones culturales que distinguen al país.

El ardiente sol abrazador en buena parte del año demanda prendas ligeras, con tejidos frescos como el algodón y el lienzo. La diversidad de colores y los estampados con motivos tropicales se aprecian como una constante en los múltiples diseños, tanto para el sexo femenino como para el masculino.

 
Artes visuales y moda, proyecto desde la cultura

 En 1980 surgió en Cuba un proyecto cultural sin precedentes: Telarte. Aquel suceso permitió que los cubanos vistieran telas estampadas con la reproducción industrial de las obras de relevantes artistas de la plástica local. Una treintena de piezas fueron impresas en telas de lienzo crudo y algodón, destinadas a colecciones de línea sport y de ocasión.

Experimentados diseñadores contribuyeron a la cultura del vestir como forma de acuñar productos genuinos. Telarte contribuyó a formar una percepción estética en los bienes de consumo común e involucró a artesanos, fotógrafos, pintores, diseñadores gráficos y de moda. Al mismo tiempo, la gente conoció a los artistas de la plástica fuera de los museos y la ropa se convirtió en referente directo con la exhibición de múltiples colecciones presentadas en pasarela. Se creó entonces una cultura del vestir nacional.

Telarte devino preámbulo del proyecto Arte y Moda, ideado en 2003 por especialistas del Consejo Nacional de las Artes Plásticas con la colaboración del Ministerio de Cultura. Con casi una decena de ediciones, Arte y Moda se categorizó como un proyecto artístico sin fines lucrativos, totalmente renovador al apropiarse del discurso pictórico, reinterpretarlo personalmente y reformular los elementos simbólicos en el despliegue de fantasías y el reciclaje de cualquier material aparentemente desechable.

Con la realización de un singular espectáculo, la puesta en escena exigió la presencia de maniquíes (mujeres y hombres) capaces de desarrollar aptitudes histriónicas al ponderar en movimientos corporales y expresiones gestuales los mensajes implícitos en cada obra.

La guayabera, auténtica prenda cubana

 Se cree que tuvo su origen en la región del río Yayabo, en la central provincia de Sancti Spíritus, una de las villas más antiguas de Cuba fundada en 1514.

Atuendo formal del campesino, la guayabera fue mencionada por primera vez en la literatura costumbrista de la etapa colonial. El Historiador de La Habana, Eusebio Leal, señaló una vez que “la guayabera es el pequeño detalle que expresa sentimientos nacionales, históricos y legítimamente nacionales”.

Fue en la década de 1950 cuando un inmigrante libanés radicado en la urbe habanera abrió un taller de confección de guayaberas y las comercializó entre artistas y personalidades de la cultura, con lo cual ganó el título de Rey de la Guayabera. Treinta años después, en 1980, la diseñadora Delita Pérez creo la línea de confecciones Yayabera, en la que recreó los elementos ornamentales de la guayabera clásica en el vestuario femenino. Por su lado, otra importante diseñadora, Nancy Pelegrín, asumió la línea clásica en tela de algodón blanco.

Todo ello contribuyó a difundir la auténtica prenda cubana en varios países de África, América, Europa y Asia. En la actualidad, la mayoría de los diseñadores cubanos incluyen en alguna colección a la famosa prenda, trascendente por su aceptación en el vestir de línea universal.

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Un comentario sobre «Modas y modos en Cuba»

  1. alessandro marcheselli

    ESTOY ENCANTADO DE LO QUE PRODUCE NANCY ESTOY MUY INTERESADO A ASISTIR A DEFINIR UN PLAN DE DESARROLLO INTEGRAL DE LA FIRMA NANCY PELEGRIN CON FIRMA ITALIANA DE ALTA CALIDAD…EN EL SENTIDO DE LA MODA CLASICA DE MUJER HOMBRE Y NINOS….

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