Con huellas bien conservadas de su historia y visión de modernidad, la ciudad de Sancti Spíritus llega el 4 de junio al aniversario 506 de su fundación como la cuarta villa establecida en Cuba por el adelantado Diego Velázquez de Cuellar.
Ubicada en el centro de la isla, es hoy una de las urbes cubanas con genuino ambiente colonial y su centro histórico fue declarado Monumento Nacional el 10 de octubre de 1978.
Sus antecedentes se remontan a las cercanías del río Tainucú, donde el conquistador español fundó en 1514 la villa de Sancti Spíritus, trasladada ocho años más tarde hacia las márgenes del río Yayabo, a unos ocho kilómetros del anterior asentamiento, donde aún permanece.
Por la Tierra del Yayabo, como también se le conoce, puede andarse por vías estrechas, muy coloridas, contrastantes en materia de fachadas, con rejas amplias, algunas terminadas en punta, compartiendo el amarillo tradicional de las paredes con el rojo de las tejas, muy populares en los inicios de la ciudad y ahora un elemento identificativo de cultura.
Muchos son sus atractivos, con un teatro principal edificado en 1839, la casa natal del patriota Serafín Sánchez, su Museo Provincial, el de Historia Natural y el de Arte Colonial. Y tiene edificaciones de mucho valor, como el puente sobre el río Yayabo, construido a inicios del siglo XIX y símbolo permanente de la villa, así como la Iglesia Parroquial Mayor, terminada en 1612, considerada la más antigua de Cuba.
El territorio es cuna de poetas y narradores, y acumula un amplio espectro de tradiciones, en materia de alfarería, tejidos a mano y con guano, danzas, tonadas, versos y canciones.
Este año las tradicionales celebraciones por su fundación transcurren de manera virtual debido a la emergencia sanitaria provocada por la covid-19, pero con aristas de gran atractivo.
Entre ellas figura una exposición online organizada por el Gabinete de Arqueología de la Oficina de Conservador de la Ciudad sobre las investigaciones realizadas en Pueblo Viejo, sitio fundacional de la urbe.
El lugar se descubrió en la década del 90 del pasado siglo y en 2016 fue declarado Monumento Nacional.